Éste cuento que van a leer a continuación es ficción. Es una tragicomedia, escrita por mi, que cuenta, en forma muy exagerada, los sentimientos y las acciones de un país cien por cien futbolero, si Argentina no hubiese clasificado al Mundial. Espero que les guste y lo disfruten
Lluvia torrencial durante todo el día, nadie quiere salir de su casa, es horario laboral, pero inesperadamente millones de ciudadanos argentinos se encuentran en el aeropuerto de Ezeiza esperando el arribo del avión que traerá a la selección desde Montevideo que está previsto alrededor de las once de la mañana, pero no para felicitar y ovacionar a los jugadores y cuerpo técnico, sino insultarlos y hostigarlos por haberse quedado afuera del mundial.
Transcurría el minuto 91. Abreu cabecea en el área, la pelota le queda a Heinze que intenta salir jugando en vez de revolearla, Forlán se la roba y convierte el gol del empate para Uruguay (para la selección de Maradona convirtió Mascherano), que ya se había quedado afuera de Sudáfrica tras perder contra Ecuador en Quito, y ahora eliminó a Argentina que había perdido con Perú en el Monumental y necesitaba ganar obligatoriamente para asegurarse el repechaje sin depender de nadie, ya que Venezuela perdió los dos partidos y sólo restaba por jugarse el partido entre Colombia (viene de empatar con Chile) y Paraguay en Asunción, que en caso de ganar los “cafeteros” jugaban el repechaje. Y ganó de manera abultada por 4-0.
Una vez que los jugadores del medio local junto con Maradona aterrizaron en Ezeiza, los millones de argentinos que estaban esperándolos, comenzaron a insultarlos y arrojarles objetos de todo tipo. Sin dar declaraciones, cada jugador y el técnico se subieron a sus respectivos autos y se fueron cada uno a sus casas.
Una caravana infinita siguió a Maradona hasta su casa, que apenas llegó se metió adentro su mansión. Los hinchas que lo (per)siguieron furiosos y con lágrimas en los ojos, gritaban sin cesar exigiendo que el D.T salga a decir algo. Alrededor de las 18, Maradona finalmente salió. Mientras daba su discurso, un BMW con vidrios polarizados estaciona al frente de su casa, un señor mayor con traje, muy elegante, se baja de el y se acerca al tumulto. En ese instante, Diego, con su soberbia habitual, estaba diciendo a las personas: “No jodan más, tengo contrato hasta el 2011 y no pienso renunciar”.
Inmediatamente el hombre del auto importado saca un arma y le pega un tiro en la cabeza a Maradona, provocándole la muerte instántanea. Los hinchas se retiran contentos por lo sucedido. El único que se queda junto al cádaver es el autor del homicidio, que esperó que se fueran todos para dejar una nota junto al cuerpo que decía “Me cagaste el negocio. Firma Don Julio”.
Hace 9 años
Cuanta imaginación, pero a más de uno se les debe haber pasado por la cabeza!!!! jajaja
ResponderEliminarjaja q locooo.. final tragico. beso fran!
ResponderEliminarQue lindo!!!!!
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